Una ampliación de capital social es la manera más fácil de echar a un socio

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Una ampliación de capital social es la manera más fácil de echar a un socio

En un post anterior explicábamos el concepto y los principales rasgos de la ampliación de capital social. Sin embargo, esta operación societaria suele ser uno de los elementos más a tener en cuenta en los pactos de socios por una sencilla razón: aumentar capital social es la forma más fácil de echar a un socio. Evidentemente no hablamos de un caso de causa de exclusión de socio por aplicación legal o estatutaria sino, más bien, de una maniobra que perjudica al socio minoritario porque, si se dan determinadas circunstancias, su participación dejará de ser relevante, y en la práctica seguramente salga por voluntad propia de la empresa.

Riesgo de dilución en una ampliación de capital social

¿Por qué existe un gran riesgo de que una ampliación de capital social perjudique al socio minoritario y éste acabe fuera de la sociedad? Por lo que podemos llamar como el efecto dilución. Es decir, cuando la participación del socio queda diluida a un tamaño que la vuelve insignificante y pierde su peso específico en la sociedad dejando, de facto, sin efecto sus derechos en la sociedad o reduciéndolos drásticamente frustrando las expectativas que tenía al asociarse y motivado para salir de la empresa cuanto antes.

Simulación de dilución de socio minoritario en ampliación de capital social

Veámoslo con un ejemplo. La inmensa mayoría de las sociedades limitadas en España se constituyen con una cifra de capital social de 3.000,00 euros, es decir, el mínimo legal. Imaginemos tres socios: uno con el 51% del capital, otro con el 35% del capital y otro con 14% restante.

Como la operación de ampliación de capital social se aprueba por mayoría de los votos en que esté dividido el capital social, está claro que el socio mayoritario de nuestra empresa podrá convocar Junta e imponer que se lleve a cabo el aumento.

Ahora supongamos que este socio mayoritario goza de una buena situación económica (incluso, en parte, gracias a la propia sociedad) y decide hacer una ampliación de capital social lo más fuerte posible para que los demás socios no la puedan suscribir. Recordemos que hacer una operación de este tipo requiere hacer aportación dineraria la mayor de las veces y cuando la misma tiene carácter ofensivo, más aún.

Es decir, la situación sería aquella en la que, por ejemplo, el mayoritario decide que la ampliación se haga por 30.000 euros. En este caso, el nuevo capital social será de 33.000,00 euros si se suscribe completamente. Ante ello pueden darse varios escenarios:

• Escenario simulado (1): Para que nadie se diluya y mantenga su proporción en la sociedad es preciso que todos desembolsen, al menos, la cantidad proporcional a su participación actual.
• Escenario simulado (2): El socio mayoritario (A) y el minoritario (B) suscriben pero (C) no lo hace por carecer de liquidez, por ejemplo.
Escenario simulado (3): El socio mayoritario suscribe pero los otros dos no lo hacen.

A la vista de las diferentes hipótesis, las consecuencias serán las siguientes:
• Escenario simulado (1):
Se mantienen los equilibrios de poder y de derechos porque todos suscriben y mantienen su porcentaje original.
• Escenario simulado (2): El minoritario queda totalmente perjudicado en sus porcentajes de participación en derechos y beneficios.
• Escenario simulado (3): El mayoritario deviene absolutamente dominante y los otros dos ven reducidos sus porcentajes de participación en derechos y beneficios.

Consecuencias de la dilución del socio en la ampliación de capital social

En esta situación el principal derecho y expectativa de los socios, el dividendo, quedará frustrado al verse reducido desde su participación inicial cuando se asociaron (35% y 14% de la entidad) a una mucho menor sin poder evitarlo mediante una sencilla operación societaria por la que su/s otro/s socio/s le/s ha/n dejado en una situación de tal inferioridad que prácticamente es una invitación sutil a que se vaya de la mejor manera posible o a que no moleste en exceso.

Por lo que hemos podido ver, tener en cuenta las consecuencias de una ampliación de capital social es de vital importancia al constituir la sociedad pues después ya será casi imposible negociar modificaciones estatutarias que alteren las mayorías establecidas.

El problema suele ser que esto hay que tenerlo en cuenta a tiempo, es decir, cuando se entra en la sociedad; al tiempo de su constitución o con la entrada de un nuevo socio. Lógicamente, estos escenarios son especialmente gravosos para los socios que no son inversores profesionales y que entran en la sociedad motivados por apreciar una oportunidad de una inversión puntual. Dicha inversión quedará vaciada de contenido si no prevén los escenarios que hemos expuesto y negocian cláusulas de protección.

En un próximo artículo explicaremos las maneras de protegerse desde el comienzo de una operación de este tipo.

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